Sobre mí
Nací en Alma, en un pueblecito situado en Saguenay—Lac-Saint-Jean (Quebec), de un padre belga y francés, y de una madre española. Fui la primera de mi familia en nacer en Canadá, por lo que los viajes entre América y Europa eran frecuentes. Crecí en una situación de contrastes, con respecto tanto a la cultura como a la naturaleza. Me conmueven profundamente los paisajes del invierno canadiense, cuando incluso la catarata queda en silencio, con sus aguas inmovilizadas por el hielo. Pero a la vez, amo el Mediterráneo, con su tierra bondadosa que huele a azahar. También los cielos eternamente bajos del norte de Europa me hablan… De niña, estos contrastes me sirvieron de coordenadas; se insinuaron en mis sueños, y pronto comprendí que un sueño que se desarrollaba en Canadá evocaba algo muy diferente al que discurría en España, pues la propia tierra tomaba protagonismo y se convertía en un personaje con una historia secreta.
Esta fascinación por las imágenes oníricas y el trabajo creativo realizado a partir de éstas ha constituido la primera parte de mi vida profesional. En el último decenio, he sentido la necesidad de dar un giro; en vez de seguir produciendo imágenes, he querido escucharlas, comprenderlas. Para ello, he estado trabajando sobre imágenes que brotan de otros lugares; algunas son de artistas, mientras que otras provienen de producciones colectivas (mitos, cuentos de hadas, antiguos textos alquímicos, etc). En 2021 terminé una primera formación Junguiana en SIDPaJ, y ahora estoy cursando la segunda en Zúrich. El abordaje de la dimensión simbólica que propone la psicología profunda está siendo para mí valioso, pues estimula tanto mi reflexión como mi creatividad. Lentamente, estoy pudiendo combinar el análisis con la producción, lo que viene de fuera con lo que brota de dentro, la escucha de las imágenes con la posibilidad de decir con ellas…
Foto: Mercedes Herran